Las puertas correderas son una magnífica solución para ahorrar espacio, comunicar estancias, ocultar pasos… En el mercado podemos encontrar diferentes tipos entre los que podremos elegir en función de nuestra necesidad.
Con Guía exterior
Se trata de una puerta que se desliza por una guía colocada en la parte superior y exterior del tabique. Es una solución rápida y económica, ya que permite su instalación sin necesidad de obras, ni siquiera es indispensable el cambio de puerta, una convencional puede adaptarse a corredera mediante este sistema. Tiene la desventaja de que es necesario conservar vacío de muebles el espacio que ocupará la puerta cuando esté abierta.
La puerta queda oculta entre dos tabiques una vez abierta. Tiene la ventaja de que no necesitamos conservar un espacio de pared vacío para permitir su apertura.
Dos puertas correderas, que se esconden una a cada lado del hueco de paso, entre dos tabiques, o sobre cada uno de ellos, en el caso de que sea con guía exterior. Ideal para separar dos ambientes que en ocasiones conviene que permanezcan unidos, como el salón del comedor o la cocina del office.Dos puertas independientes, que se alojan en un mismo hueco de tabique de forma contrapuesta. Una forma práctica de cerrar estancias contiguas, reduciendo a uno, el hueco necesario para ocultar las dos puertas.
El peso debe ser un factor fundamental a la hora de decidirnos por un tipo u otro de puerta corredera. Si la puerta es demasiado grande, puede exceder el peso que una guía puede soportar. Cuando el espacio de paso sea superior a un metro, es preferible optar por un modelo que incluya dos puertas.
En lo que respecta a la estética, este tipo de puerta se puede adaptar a cualquiera que sea el estilo que domine nuestro espacio, ya que se fabrican en los mismos materiales que una puerta convencional, madera, vidrio, aluminio

No hay comentarios:
Publicar un comentario